Sistema económico de Autorquía
Mucho se ha hablado del sistema económico de la isla de Autorquía. Han corrido ríos de tinta, especialmente en los periódicos de los países vecinos. Los autorqueses a menudo se sorprenden cuando ven su modelo de mercado asociado a términos como utopía, desastre, caos, imposible. "Pero si es muy simple", dirá cualquier ciudadano de Autorquía, "sólo hay que conocer el patrón tuit/barra de pan".
Para los no familiarizados con el vocabulario isleño, un tuit es un trozo de papel, blanco por ambas caras, del tamaño de un estuche de siete lápices (ni uno más ni uno menos). Suelen adquirirse en manojos de cincuenta, contenidos en cajas metálicas que hacen un ruido característico al cerrarse (y que para los autorqueses suena a algo así como tuit). Estos papeles (también llamados billetes por algunos) son usados para escribir sobre su superficie. En ellos caben, aproximadamente, y siempre dependiendo de la caligrafía y la pericia de su autor, unos 140 caracteres. Se da por supuesto que cada tuit es único, original y de especial belleza, como no podría ser de otra forma en Autorquía.
Los tuits se utilizan para conseguir productos, basándose en el ya mencionado patrón tuit/barra de pan. Existen otras equivalencias más o menos populares, como el tres tuits/caña de cerveza, o el cinco tuits/entrada de cine, aunque ninguna tan reconocida y sólida.
Ahora bien, el valor de los tuits puede variar dependiendo de su calidad. Son especialmente estimados aquellos con rima (sobre todo asonante), los juegos de palabras, los palíndromos y, por encima de todos, los haikus. Algunos se vuelven tan preciados que incluso obtienen permiso para ser reproducidos (los conocidos como re-tuits), pero requieren una serie de complicados requisitos que ahora no viene al caso explicar.