Seis motivos para hacer tuya la 'Teoría del iceberg'
La teoría del iceberg nos llega del Nobel de Literatura, Ernest Hemingway, quien sostenía que la información fundamental de un relato no debía mostrársele directamente al lector, sino que tenía que permanecer omitida. De este modo, aunque lo más importante quedaba fuera del texto, seguía ejerciendo su influencia desde la sombra. Igual que un iceberg del que solo vemos una ínfima parte.
Si bien es cierto que Hemingway pensó esta técnica para escribir relatos, es más que recomendable aplicarla en novelas y cualquier otro escrito largo. ¿Por qué? Pues por las razones que vamos a exponer más abajo.
Para llevar a cabo con éxito esta teoría es necesario realizar un trabajo de escritura muy completo y profundo, para luego ir quitándole partes hasta dejar el texto definitivo. Es una especie de minuciosa poda desde una amplia base de conocimiento. No lo vamos a negar, esto supone un aumento considerable del trabajo. No obstante, tiene una serie de ventajas que los lectores notan:
1º Para empezar, escribir todo lo que sabemos de nuestra historia nos va a ayudar a clarificar las ideas antes de sentarnos a escribir la novela en sí. El resultado final será más parecido a lo que pretendemos conseguir.
2º Este proceso nos va a llevar a hacernos nuevas preguntas que llevarán a nuevas ideas, y estas a nuevas preguntas... Esto ayuda a enriquecer la obra y a obligarnos a documentarnos. Alcanzaremos una precisión no sospechada en un principio.
3º Que el escritor sepa todas las posibles preguntas y respuestas sobre su libro de antemano enriquece el contenido, da consistencia a los hechos, profundidad a los personajes y realismo a los diálogos.
4º La planificación es más fácil si partimos de tener toda la información delante de nosotros. La estructura también sale fortalecida.
5º Nos da mayor perspectiva de nuestra propia obra y nos permite verla desde otros puntos de vista distintos. Incluso así es más fácil ponerse en la piel de nuestros lectores.
6º Un texto que es el resultado de una selección meticulosa (e intencionada) de la información, es un texto trabajado, rico, interesante, al que se le pueden sacar varias lecturas y que es más susceptible de gustar a un público diverso.