El estado de la autopublicación en 2017
Traducción del post publicado el 4 de enero de 2017 en la web Goodereader: The 2017 State of Self-Publishing, por Mercy Pilkington.
Han pasado veintidós años desde que Jeff Bezos comenzase su andadura con Amazon, y doce desde que su empresa lanzara el Kindle al mundo. Solo tres años después, el gigante de la venta al por menor y la publicación lanzó una plataforma que realmente cambió la forma de publicar, para bien o para mal.
De 2007 a 2017, a una velocidad alucinante para la evolución, mucho ha cambiado en la compra de libros, la publicación e incluso los métodos de escritura. Podemos estar muy agradecidos a Bezos y compañía por la innovación y la originalidad, pero muchas otras empresas han tenido también bastante peso a la hora de dar forma al estado actual de la literatura, como Sourcebooks, Wattpad y Bibliocrunch, solo por nombrar algunas. Muchos de los grandes nombres de la industria utilizaron maniobras similares en un esfuerzo –demasiadas veces en vano– por mantenerse a la altura y competir, mientras otros buscaban por ahí qué faltaba todavía en la industria y producían sus propios modelos innovadores.
Pero, diez años después de que el primer modelo verdaderamente viable de publicación a gran escala arrancase, ¿hasta dónde hemos llegado? Muchos grandes nombres en el mundo de la publicación indie y la venta de libros han cerrado sus puertas este año. Los libros autopublicados siguen siendo ignorados por una gran cantidad de entidades relacionadas con el mundo del libro. Bibliotecas y librerías son todavía el Santo Grial para autores que carecen de un apoyo en condiciones. Un reciente artículo en el Huffington Post titulado «Autopublicación: un insulto a la palabra escrita», fue publicado solo hace unos días por una autora «real», que ahora ha pedido perdón por su ignorancia entre amenazas de muerte y valoraciones desastrosas de sus libros.
Cada enero se nos promete que este será el año del cambio, el año en el que los libros serán normalizados sin importar quién los haya escrito o cómo hayan sido publicados. Se nos asegura que cada proceso de publicación ha producido sus bestsellers y sus pufos difícilmente legibles y penosamente editados. Se nos cuenta que habrá una nueva aceptación de la autopublicación, un mayor número de autores publicados de manera tradicional que deciden cambiar de barco, y todavía más tecnología para igualar el sistema. Y como cada año desde 2007, seguimos esperando...