Autopublicar vs publicar con editorial: El combate del siglo
Una pregunta que hasta hace unos años no tenía sentido; una duda que buena parte de los escritores de hoy en día se hacen: ¿qué es mejor, publicar con una editorial tradicional o autopublicar? Aquí, en unas líneas, te damos las claves.
Para empezar, vamos a aclarar que, aunque la autopublicación existe desde que se inventó la propia imprenta, hoy en día, gracias a plataformas como Amazon y la existencia de la impresión bajo demanda, es una opción accesible, relativamente barata y de gran proyección.
Avisamos desde ya: en este artículo solo se van a ver reflejadas las ventajas de cada opción, aunque también es cierto que las desventajas están implícitas. Hagamos el esfuerzo de mantenernos positivos.
Ventajas de la autopublicación
Entendemos por autopublicación el prescindir de editorial tradicional para sacar al mercado uno o varios libros. Esto significa que todos los gastos derivados del trabajo de edición y promoción corren a cuenta del propio autor.
- En esta opción, tienes que pagar por todo lo que no puedas hacer tú mismo, pero a cambio tienes la libertad de elegir los profesionales que más te gusten y más confianza te den. Esto es especialmente importante a la hora de elegir el artista que diseñará tu portada.
- Además de poder elegir dónde poner tu dinero, tienes una libertad absoluta para todas las demás decisiones. Tú decides cuánto invertir, cuándo publicar, dónde, por cuánto tiempo; tú marcas los plazos y fijas los objetivos. Salvo alguna objeción —como en el caso de formar parte de KDP Select— no existen obligaciones que te aten.
- Por eso mismo, tu obra nunca quedará descatalogada. Tus libros estarán siempre tan vivos como tú quieras que estén.
- Tú controlas todo el proceso. Esto es especialmente sensible a la hora de hablar de dinero. Por un lado, tú decides el precio de venta, y, por otro, eliminas las posibles suspicacias que podrían darse con las ganancias: el proceso está automatizado, de modo que sabes en todo momento cuánto se vende.
- Por cierto, al haber muchos menos intermediarios, las ganancias por libro vendido son mayores.
- Escribes lo que quieres, no hay presiones ni injerencias externas.
- Publicas lo que te apetece. Nadie te pone trabas. ¿Quieres publicar una colección de relatos que solo usen palabras con la vocal e? Adelante. ¿Piensas sacar una novela de terror de 150 000 palabras cada mes? Por supuesto.
- Tienes la posibilidad de hacer piña con otros autores autopublicados en tu misma situación. Si eres hábil y consigues esquivar las redes del spam, en los otros autores indies tienes una buena comunidad de la que empezar a tirar en los momentos difíciles.
Ventajas de publicar en editorial
La publicación tradicional es más compleja. Comprende dos partes separadas, el autor y la editorial, unidos por un contrato cuyas características varían con cada caso. Es la editorial la que corre con todos los gastos y la que se encarga de que el texto esté en las mejores condiciones posible y se presente de la forma más atractiva al lector. Esta es la teoría, claro.
Debemos aclarar que el empeño de la editorial va a depender de sus posibilidades y del interés que tengan en el libro. También contamos con que no sea pirata, ya que, de lo contrario, los gastos correrían de tu cuenta.
Otra cosa más, no contamos aquí con las editoriales de autoedición, cuya labor, mejor o peor, siempre va a depender del dinero del autor —por lo que se considerarían autopublicación a todos los efectos—.
- No queremos pecar de materialistas, pero la primera ventaja es que no pagas nada y eso se agradece.
- Te pones en manos de profesionales con experiencia que saben cómo funciona el mundo del libro, aunque está claro que los hay mejores y peores, así como que no existen fórmulas mágicas que garanticen el éxito (y menos hoy en día).
- Cuentas con el respaldo de la editorial que te pone su sello. La importancia de esto va a depender del peso y del nombre de la firma, pero siempre es un aval.
- Tienes la opción de acceder a eventos y premios que todavía están vetados a los autopublicados. El ejemplo paradigmático es la Feria del Libro de Madrid, aunque hay muchos más lugares donde, a día de hoy, la única forma de llegar es de la mano de una editorial.
- Puedes contar con la infraestructura que ya tiene la editorial. Esto es especialmente útil para la promoción, ya que podrás acceder a los medios afines o amigos de tu editor.
- Puedes encontrar apoyo de tus compañeros de editorial. Posiblemente haya varios con experiencia y contactos que te vengan como canela en rama, PERO, al no verse haberse visto obligados a trabajar sus redes tan bien como los autopublicados, puede que tengan poco peso en internet.
- Está mejor considerado que publicar de otra forma. Esto es algo que parece estar cambiando lentamente, pero, reconozcámoslo, aún necesitaremos mucho tiempo y esfuerzo para derribar este monolito.
Lo mismo me da, que me da lo mismo
Pues ahí están las principales ventajas de una y otra opción. Habrá autores que encuentren de mayor peso unas u otras, incluso habrá quienes encuentren otros motivos distintos. Pero aquí tienes toda la información relevante sobre el tema que vas a encontrar en un post de 2500 palabras.
No podemos olvidarnos de una tercera opción que está tomando fuerza en los últimos tiempos, que es la de los escritores híbridos: aquellos que mezclan autopublicación y publicación tradicional para aprovecharse de lo mejor de una y otra.
Con todo, sopesando pros y contras, va a haber cosas que te vas a encontrar autopublicando o publicando con una editorial, te pongas como te pongas. Y es que, en cierto sentido, autopublicar y publicar de forma tradicional no son tan distintos. ¿No nos crees? Ahí van unos cuantos puntos que, como autor, deberías cumplir independientemente de la opción de edición que elijas.
- Marca personal de autor. Hoy en día ya puedes olvidarte de que publicar en una editorial te convierta en una estrella. Que un sello cuente contigo ayuda, por supuesto, pero, si no te encargas tú mismo de potenciar tu imagen de autor, lo vas a tener complicado para dejar de ser un desconocido. Y, sí, los desconocidos venden menos que los famosos; valga echarle un vistazo a las listas de los más vendidos para hacerse una idea.
- Redes sociales. Muy en consonancia con el punto anterior, para llegar a un público nuevo y para estar en contacto con tu comunidad, necesitas tener bien trabajadas tus redes y estar donde te corresponde (Facebook, Twitter, Goodreads, Instagram...).
- Blog o página web. Es tu centro neurálgico, el lugar donde encontrar toda la información sobre ti y el punto desde el que mejor redirigir a los usuarios hacia tu obra. Además, una buena estrategia de mail marketing con los suscriptores te dará la vida.
- Promoción. Además de cumplir con los puntos anteriores, una planificación medida puede ser la llave que te abra la puerta de los nuevos lectores.
- Contacto con influencers/medios especializados. Es cierto que, como ya hemos visto, las editoriales te pueden ayudar con esto, pero, si no te preocupas por mover tu libro en los medios clave, corres el riesgo de desinflarte como una rueda pinchada.
- Visibilidad offline. Está muy bien ser un autor huidizo que no salga de su torreón nada más que para dormir, pero, si no estás atento de lo que se mueve en el mundo no virtual —esa cosa que llaman «mundo real»—, estás procurándote el olvido.
Escritor por vocación, buscador de habichuelas por obligación
En resumen, el punto al que queremos llegar en este artículo es que, independientemente del camino que elijas —o te toque—, tengas mayor o menor suerte, si no eres capaz de sacarte las castañas del fuego, tienes poco que hacer. De poco sirve publicar un libro si no eres capaz de vender ese libro.
No dejes de estar a la última en autopublicación y publicación en editorial tradicional: suscríbete a nuestra newsletter. Es mensual y siempre trae novedades que te interesan.
Algunos artículos que también te interesan:
- Las oportunidades de un autor en 2017
- El ebook de Schrödinger: vivo y muerto al mismo tiempo
- El estado de la autopublicación en 2017
Ilustración: César Ojeda